En una sociedad cada vez más global y digital, los avances tecnológicos seguirán desempeñando un importante papel en el progreso constante de sectores enteros y preparando el terreno para la aparición de otros nuevos. “Empresa 4.0” es el término que hoy se utiliza para definir la combinación de tecnología digital,  datos y herramientas analíticas que se encuentra a lo largo de la cadena de diseño y producción.

El impacto de la digitalización de la empresa 4.0 será considerable en todos los sectores, desde la fabricación hasta el comercio minorista, pasando por los servicios, la sanidad, los suministros o el transporte.

El director financiero (CFO, chief financial officer) prestará un apoyo esencial a las decisiones estratégicas y empresariales de la compañía, gracias a unas ideas y horizontes profesionales más amplios que le permitirán, casi de forma natural, llevar a cabo un proceso de crecimiento que potencialmente equiparará su función a la del consejero delegado.

En la era 4.0, el CFO tiene la oportunidad de ser cada vez más un director de valor (CVO, Chief Value Officer), centrado en la creación de valor para la empresa.

La próxima ola de tecnología digital aportará profundos cambios a las responsabilidades, el tamaño y la forma del cargo de CFO. En el mundo 4.0, el departamento financiero será más pequeño que hoy, pero con más competencias y un personal más cualificado.

Conforme las compañías se preparan para integrar la digitalización en sus procesos del día a día, las medidas de reducción de gastos pueden desempeñar un papel esencial a la hora de reforzar el flujo de efectivo necesario para hacer inversiones necesarias en nuevas tecnologías.

La solución: Corporate Performance Management

 

Estamos, por tanto, ante un “nuevo” CFO, que tiene capacidades para gestionar los cambios, un conocimiento
profundo de la empresa y grandes habilidades digitales.

Será necesario que el CFO dirija un departamento financiero más optimizado pero con unos niveles de cualificación más elevados, pues la automatización reducirá drásticamente las actividades rutinarias y dará a los empleados la oportunidad de centrarse en actividades de mayor valor añadido.

De acuerdo con las respuestas dadas por los CFO, hay que dar especial importancia a las siguientes competencias:

  • Conocimiento profundo de las empresas en las que opera la organización.
  • Gestión de los cambios.
  • Toma de decisiones proactiva.

Contenido técnico desarrollado por Expense Reduction Analysts.